COMENZÓ EL FESTIVAL XI DE OIGA, MIRE, LEA

10 de septiembre de 2025.

Hoy, el Festival Internacional de Literatura Oiga, Mire, Lea, en su undécima edición, inauguró su primera jornada con una programación cargada de palabras, emociones y memoria. Desde muy temprano, los auditorios de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero se llenaron de vida y se transformaron en escenarios de encuentro, donde la literatura, la tradición oral y la creatividad dialogaron con públicos diversos.

A las 10:00 de la mañana, BiblioValle vibró en todos sus rincones con actividades simultáneas. En el Auditorio Jorge Isaacs, la escritora María Ximena Hoyos presentó “Memoria autobiográfica”, un proyecto nacido del Taller de Escritura Creativa de BiblioValle. La sala se encontraba colmada: cada asiento ocupado por personas que llegaron con el corazón abierto, dispuestas a escuchar y a reconocerse en las historias ajenas. No fue solo una presentación literaria, sino un acto íntimo de encuentro, donde la memoria personal se transformó en memoria colectiva. Los asistentes comprendieron que narrar la vida desde la intimidad no era un gesto egoísta, sino un regalo compartido: una manera de tender puentes y afirmar que las palabras nos hermanan en la experiencia humana.

De manera paralela, en la Sala Múltiple 1, la escritora Katya Adaui conducía un taller de escritura de autoficción para adultos. Con cupos limitados y dos horas de duración, el espacio despertó enorme interés entre los participantes, quienes se sumergieron en el desafío de transformar sus vivencias en relatos literarios. Allí, la escritura se convirtió en ejercicio de memoria y creación: una apuesta por narrar lo propio con la fuerza de lo universal.

Al mismo tiempo, el Auditorio Óscar Gerardo Ramos acogía la presentación del libro Desde la sala de redacción. 35 años de periodismo, de la periodista Rosa María Agudelo, en un diálogo moderado por Mauricio Ríos y con el respaldo del Fondo de Publicaciones de BiblioValle. La autora compartió, con la lucidez de su trayectoria, reflexiones sobre la importancia del periodismo como testimonio vivo de una sociedad en constante transformación, subrayando su valor como herramienta de memoria y como voz frente al silencio.

Mientras tanto, la Sala Infantil ofrecía un momento especial para los más jóvenes con la presentación del libro juvenil Memorias de un parpadeo, de la escritora Sara Sofía Potosí, quien, a su corta edad, había alcanzado logros notables. En el marco del Festival Junior, niños y adolescentes fueron protagonistas de un encuentro en el que la lectura se convirtió en juego, en imaginación y en un puente hacia mundos posibles, despertando sonrisas y sembrando en ellos el amor por la literatura.

La jornada continuó a las 11:00 a. m. con una variada programación que dio cuenta de la riqueza del Festival. En el Auditorio Jorge Isaacs, el escritor Diego Rosselli presentó su libro Mil y más pueblos en conversación con Julio César Londoño. El diálogo invitó a recorrer la diversidad cultural del país y a reflexionar sobre cómo la literatura puede convertirse en un mapa vivo de identidades, capaz de unir territorios y memorias.

Simultáneamente, la Sala Múltiple 2 acogió la charla Tradiciones y costumbres del Litoral Pacífico, liderada por el colectivo Fuespacol y con la participación de Lucrecia Panchano, quien evocó la vida y obra del escritor Carlos Arturo Truque. El encuentro, presentado por Colombia True Views, se transformó en una celebración de la riqueza cultural del Pacífico colombiano: un homenaje a la tradición oral y a la resistencia de las comunidades que han hecho de la palabra una forma de identidad y afirmación.

En la Sala Múltiple 1, estudiantes de la Institución Educativa Alfonso Zawadsky de Yotoco, Valle del Cauca, bajo la orientación de la magíster Andrea Mayorga Restrepo, compartieron la experiencia El Pilco Zawadskino. Este proyecto, fruto del talento y la creatividad de niños y jóvenes, mostró cómo la escritura podía convertirse en semilla de futuro, en herramienta para soñar y narrar la vida desde la escuela.

Finalmente, el Auditorio Óscar Gerardo Ramos recibió una lectura de poesía y ensayo a cargo de la misma institución educativa, en una actividad moderada por el profesor Alberto Urán. Los estudiantes prestaron su voz a los textos con la fuerza de quienes descubren que la palabra escrita no solo transmite, sino que también transforma.

La primera jornada del Festival Oiga, Mire, Lea estuvo marcada por la pluralidad de voces y miradas. Cada sala, cada actividad y cada palabra compartida demostraron que la literatura no era únicamente un objeto de lectura, sino un puente entre generaciones, territorios y memorias. El inicio de esta edición dejó en claro que los días por venir estarían llenos de diversidad, sensibilidad e inspiración, reafirmando la fuerza de la palabra como espacio de resistencia, encuentro y creación.

Deja una respuesta